Nota de opinión - por Red Jáuregui
En el día de hoy, la Corte Suprema de Justicia puso fin a cuatro años de litigios entre el gobierno y el Grupo Clarín, proclamando la constitucionalidad de los cuatro artículos impugnados por el Grupo (41, 45, 48, 161). En el fallo, la Corte hace lugar a los argumentos sobre la libertad de expresión, donde el Estado puede actuar restrictivamente (como con la publicidad oficial, fallo desoído por el gobierno).
Clarín podrá recurrir a la Corte Interamericana y a solicitar una indemnización de parte del Estado, hechos que no afectan la aplicación total de la ley. A partir de este fallo, el Grupo Clarín deberá adecuarse a la letra de la ley, pero también el gobierno debe cumplirla, cosa que hasta ahora, ninguno de los dos han hecho.
Es que el famoso 33% para las asociaciones sin fines de lucro tampoco se respeta. Desde el AFSCA, argumentaban que hasta que no se terminara el litigio con el Grupo y realmente se pasara a la desinversión, era imposible pensar en un cumplimiento íntegro de la ley. Le pregunta es qué sucederá ahora, la Corte acabó con los argumentos del gobierno para no avanzar en este sentido, y le marcó la cancha al AFSCA, señalando que no cumplió eficientemente con su deber, ya que su deber es bregar por la igualdad de todos y lo ha hecho parcialmente refugiándose bajo argumentos de carácter político, ya que podría haber avanzado.
Con respecto a los grupos que presentaron el plan de adecuación, señalamos que no se cumplieron debidamente, ya pasó con la compra del canal de cable C5N y de las radios del grupo por parte del empresario K Cristóbal López. Sucedió lo mismo con los medios del Grupo Vila-Manzano, hoy amigos del Gobierno, repartidos entre familiares.
Y con respecto al debate sobre los monopolios mediáticos, esta ley nunca puede ni podrá ser antimonopólica. La clase a la que responde este gobierno, no lo permite. Este discurso es sólo para la tribuna propia y para los que ingenuamente en su momento creyeron en los aspectos progresivos de la ley. Sin embargo, al día de hoy, los medios comunitarios no encuentran su espacio, sólo se los usa de caballito de batalla para hablar del fin último de la ley que sería buscar la “pluralidad de voces”. Los grupos mediáticos que manejan este país, sean del gobierno, apoyen al mismo por algún favor o estén completamente en contra, atentan todo el tiempo contra la “pluralidad de voces” y la apelación vacía a la “libertad de expresión” por la que tanto llora el Grupo Clarín.
Mientras tanto, se callan los reclamos de los trabajadores de los medios, de las asambleas donde se debaten los magros sueldos que cobran los trabajadores de prensa, cuando no están atrasados. Hoy, con la Corte Suprema avalando la constitucionalidad de la ley, echaron a un compañero de Infobae, por persecución gremial. De eso no se habla.
La libertad de expresión, en esta coyuntura, está obturada por la libertad de empresa, sólo se conseguirá una verdadera comunicación al servicio de los trabajadores y el pueblo si finalmente desenmascaramos el doble discurso K y enfrentamos a los monopolios dominantes, con trabajadores de prensa alineados con las necesidades del pueblo y no con los empresarios y esto vendrá en el camino de la lucha.
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