Después de la reciente reunión entre CFK y Scioli, se decidió enviar tropas de gendamería y policía a las áreas azotadas por las inundaciones.

Esta es la respuesta del gobierno hacia el pueblo que ya cuenta con más de 50 muertos, a los barrios sin luz, inundados, las pérdidas de sus viviendas y enseres, sin servicios básicos.

Esta no es una tragedia producto de factores externos, aquí se ha reproducido la masacre de la estación Once, ni más ni menos.

No hay ayuda ni socorro para la mayoría de los damnificados mientras el gobierno intenta echarle  la culpa a factores externos, tratando de cubrir de este modo los negociados de De Vido y Macri con los especuladores inmobiliarios, los grandes contratistas, los eventos millonarios y los subsidios a los monopolios del transporte y la obra pública.

Las consecuencias del desarrollo capitalista dependiente se hacen ver también en estas calamidades sociales, megaciudades en detrimento de las zonas rurales, hacinamientos, marginación, trabajo esclavo, trata, discriminación, miseria, transportes colapsados, etc.

Hoy la población exige salvamento urgente que no llega, atención médica, restablecimiento de servicios, indemnización directa a todos los damnificados.

En muchos lugares se agrupan en la calle y reclaman a los gritos, es una protesta espontánea y justa que es preciso apoyar y ayudar a unificar y desplegar en todas partes.

También es preciso acudir a la solidridad concreta, tal como lo están haciendo diversas organizaciones como por ejemplo el Centro de Estudiantes de Medicina de la UBA, entre otros.

En el marco de luchar por una transformación radical, revolucionaria, de las estructuras económico sociales que favorecen a los monopolios, multinacionales y banqueros a quienes representan los Macri, Scioli, CFK y Cía., que se la llevan en pala mientras tiran el ajuste para abajo, promovemos la movilización callejera, la unidad y coordinación en un frente de fuerzas populares para arrancar las demandas más inmediatas y urgentes.

Sin este recorrido, basado en la lucha política, callejera, encaminada a la rebelión popular y desoyendo el camino que ofrecen las clases dominantes de domesticación electoral, no habrá solución de fondo a los problemas de los trabajadores y el pueblo en la Argentina de hoy.