sábado, 29 de octubre de 2011

Sobre el Decreto K por fuga de capitales

Los resultados favorables de la elección presidencial no han servido para desalentar la especulación contra la moneda nacional, pero han forzado al gobierno a dar un viraje que choca con las mismas corporaciones más favorecidas por el propio gobierno. Pero no establece un mecanismo para asegurar el cumplimiento de la norma, la que será fácilmente eludida. La obligación de liquidar las divisas de exportación no impide que los exportadores recompren luego los mismos dólares que antes entregaron al Banco Central. Las grandes corporaciones  tienen una enorme liquidez que hasta ahora invirtieron en fideicomisos, en la Bolsa y en títulos públicos y del Banco Central.  Ahora  la dirigen a la especulación con divisas o a responder a las exigencias de dinero de sus casas matrices afectadas por la crisis  que atraviesa al sistema capitalista-imperialista en el mundo. Presionado  por la creciente dimensión de la fuga de capitales, el Ejecutivo a través de un decreto obliga a los monopolios del petróleo y  la minería a que liquiden  las divisas de sus exportaciones en el país,  la  prerrogativa tuvo origen en el gobierno de Menem y siguió por estos diez años de gobierno kirchnerista. A pesar de la espectacularidad del anuncio continúa vigente  el libre giro de utilidades y dividendos, así como las transferencias a las casas matrices en el exterior. Además va acompañada de medidas para la platea, como es el control de la compra minorista en las casas de cambio en la City porteña. El gobierno apañó la fuga de capitales, a la que disimulaba como un tema temporario. Esta conducta del gobierno K estimuló a los especuladores a una mayor presión, en definitiva arrancar una devaluación para  acumular a su favor esa abultada diferencia. Mientras el giro de divisas alcanza los 200 millones de dólares diarios, el gobierno tuvo que adoptar una medida “intervencionista”, absolutamente  limitada en sus alcances y resultados reales. Mientras tanto día a día continúa el aumento acelerado de los precios para la mayoría de los mortales que no participan de la bicicleta financiera y que sólo se dirimirá en la lucha por salarios, trabajo, salud, educación y viviendas dignas. El decreto no está encaminado a resolver estos temas, sino que es parte de las disputas por arriba, mientras tanto los de abajo tienen que poner irremediablemente manos a la obra para luchar por sus derechos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario